Tras detectar grietas y defectos estructurales en la catedral de Santa María de Vitoria Gasteiz, se pensó oportuno que la población participase activamente en su restauración mediante visitas guiadas por el interior de la catedral recorriendo los andamios. Este proyecto se llamó “abierto por obras”.

Tan insólito hecho ha ocasionado que dos amantes del arte y estudiantes de Filosofía en la Escuela Nueva Acrópolis de Castellón, M.ª Dolors Sanahuja y Ricardo Rodríguez, se pregunten si existe alguna forma de relacionar los diferentes elementos estructurales de una catedral con la forma en que se desarrolla un ser humano, un equipo o un proyecto. Y al parecer, han encontrado más de una relación.

Por ejemplo: todos tenemos una “cripta”, un lugar sagrado que está escondido en la parte más profunda de nuestro ser, en el cual guardamos todo lo que nos hace ser nosotros mismos: nuestras motivaciones, nuestros mejores sentimientos... Un lugar que no siempre mostramos a todo el mundo, porque queremos mantenerlo limpio y puro.

En muchas catedrales hay grandes vidrieras y rosetones. Éstos son muy bellos por fuera, pero todos sabemos que su auténtica belleza se revela al penetrar en el interior del edificio y verlos traspasados por la luz. De igual modo, las personas mostramos una cara por fuera, pero por dentro somos de una forma que tal vez sea completamente distinta, mucho más deslumbrante que lo que se ve si no nos tomamos el trabajo de profundizar.

Y así, podríamos seguir relacionando los cimientos, las columnas, el techo, el laberinto, y tantos otros elementos arquitectónicos.

Una charla de lo más interesante e instructiva, acompañada de espectaculares imágenes. Enhorabuena a los ponentes por una gran obra.