Los egipcios consideraban que la vida era para disfrutarla, era transitoria pero no eterna. La muerte es muy importante, pero tampoco hay que obsesionarse con ella. No le daban demasiada importancia a esta vida, era una preparación para la otra, que era la de verdad, pero al mismo tiempo, en la vida, tenías que vivir lo que te tocaba.
El jeroglífico de Osiris es un trono que tiene por encima un ojo: es decir el asiento de la visión espiritual y eso es lo que los egipcios querían conseguir, convertirse en un Osiris, llegar a la Sabiduría, la conquista de la Sabiduría.
Los Misterios de Osiris. El Mito de Osiris:
Osiris venido de más allá del mar con una misión civilizadora se constituyó en el rey de Egipto. Tras su labor pacificadora y civilizadora, deja el reino para civilizar otras tierras dejándolo bajo el cuidado de Isis.
Seth, envidioso de su hermano, concibió un plan contra él. Se las ingenió para obtener en secreto las medidas exactas del cuerpo de Osiris. Diseñó una trampa fabricando un cofre de madera en el que solo podía encajar a la perfección el cuerpo de Osiris.
Seth organizó una fiesta de recepción en honor de su hermano que entonces contaba 28 años. Después de la fiesta propuso un juego entre los asistentes en el que obsequiaba con el lujoso cofre al que demostrara que su cuerpo encajaba perfectamente con el cofre. Cuando Osiris lo probó, encajó perfectamente, y su hermano se apresuró a cerrar la tapa dejándolo encerrado. Lo selló con plomo fundido y lo arrojó al Nilo.
Ese cadáver de Osiris dentro del cofre o sarcófago empieza a recorrer lugares: primero es arrastrado por la tierra, después flota en las aguas del Nilo y por fin, se enmaraña en las aguas del Mediterráneo, debajo de un árbol sagrado.
Isis, que le andaba buscando por el Universo, trata de encontrar el cadáver para devolverlo a la vida por medio de actos mágicos, pero su hermano desmenuza el cadáver de Osiris en 14 pedazos y lo desparrama por todo el universo.
Isis está desesperada porque no sabe cómo va a transmitir al mundo un hijo de ella, que es la Vida y de Osiris que es el Espíritu. Entonces, dice la tradición, que aparece un halcón portando uno de los trozos de Osiris y ante esta visión, la virgen Isis queda preñada de Horus, que va a tomar las características de sus padres: la vida y el espíritu.
Finalmente, Isis, usando su poder mágico y ayudado por Anubis reúne las partes del cuerpo de Osiris y lo reconstruye escondiendo el cadáver en un lugar secreto
Osiris representa al espíritu que encarna, es el rey traicionado y añorado similar al tan conocido mito de Arturo, que también es traicionado. En otra clave, simboliza el proceso de la Iniciación y al propio iniciado.
Los misterios iniciáticos en el pasado permitían al Ser Humano traspasar sus límites, es una experiencia de vida, no es algo que nos pueden contar. Nosotros hemos sido niños y hemos llegado a ser adultos y aunque se le puede explicar a un niño qué es ser adulto de una manera intelectual, nunca lo va a comprender hasta que llegue a serlo. Esto es una iniciación: no es algo que te cuentan, es una experiencia de vida.
La concepción egipcia del mundo era similar a un sarcófago. Nosotros nos movemos en un mundo que forman las tres dimensiones del espacio y la del tiempo y no podemos escapar de estas cuatro dimensiones. Ellos simbolizaban estas dimensiones con el sarcófago o con el cubo. Pero ellos concebían la posibilidad de escapar de esta cárcel donde vivimos. Todo el sistema iniciático osiriano tiene que ver con la idea de escapar de estas cuatro dimensiones. Al escapar de estas limitaciones se adquiere la visión espiritual que nos permite ver la vida como realmente es. Por tanto Osiris es la capacidad del Ser Humano de escapar de los lazos que nos atan a la materia.
Dicen los egipcios que el alma necesita reencarnar un cierto número de veces para perfeccionarse, o sea, que el alma del Ser Humano vendría varias veces a la Tierra para perfeccionarse cada vez más. Ellos hablaban de selección de experiencias, es decir, que lo que aprovecha el alma son únicamente las experiencias de las que hemos aprendido algo, no todas las experiencias de nuestra vida son igual de aprovechables.
Para pasar el juicio de Osiris tenías que ser un Maa-kheru. Es una palabra compuesta: Maat, la diosa de la justicia, lo que es recto, verdadero y Kheru, palabra, voz. Es decir, un Ser Humano de palabra recta: que piensa, siente y actúa al unísono.
Este es el símbolo fundamental de la Iniciación Osiriana: el que todo Ser Humano puede llegar a ser Osiris, que cada un de nosotros, mediante nuestro esfuerzo y la selección de experiencias, podemos llegar a un renacimiento, llegar a nuestro Osiris interno.