La filosofía, es un Arte, una Ciencia y también es una actitud ante la vida. Una ciencia porque implica buscar los porqués, una actitud que implica un arte, pues esas palabras no se pueden responder de cualquier forma.
¿Qué es actitud ante la vida?
Es vivirla con los ojos bien abiertos; es no tener miedo de indagar en lo que todavía no entendemos, es no tener miedo de mirar en el Universo y preguntarse por él, por uno mismo, por el Ser humano.
De todas las definiciones de filosofía que existen hay una que se atribuye a Pitágoras, y es a razón de que los sabios de su época se dirigían a él con gran veneración llamándolo sabio, el respondió: “No, yo no soy un sabio. Yo soy simplemente un amante de la sabiduría”. Es por ello que de esta expresión griega surgió el philosophos, aquél que ama a la sabiduría porque no la posee.
A este respecto Platón decía que no amamos lo que tenemos, sino lo que nos falta, y justamente es el amor el que nos lleva hacia aquello que nos hace falta, que nos completa y nos perfecciona.
Sin embargo hoy en día por la falta de aplicación de la Filosofía, de que es algo utópico, de que no sirve para nada, ha hecho que las personas intenten evitarla, de la misma manera que el que no ha aprendido a vivir, intenta evitar el estar a solas consigo mismo.
Pero deberíamos preguntarnos ¿qué hacemos con aquello que nos asalta cuando uno se encuentra a solas consigo mismo? Y ¿por qué la vida, la muerte, por qué el dolor, por qué envejecemos, por qué nos pasan las cosas que nos pasan? En el mundo hay sufrimiento, hay dolor y cuando uno es feliz y ríe, difícilmente se pregunta “¿por qué me pasa esto a mí?”
Parece ser que los seres humanos aprendemos cuando algo nos duele y el Arte de Vivir nos enseña que cada vez que sufrimos hay que detenerse y preguntarse “¿por qué sufro?, ¿qué me está intentando enseñar la vida en este momento?, ¿qué hay detrás de este dolor?, ¿qué experiencia importante puedo extraer?”.
Cuando Sócrates decía: “Sólo sé que no sé nada”, no lo decía por conformarse con no saber nada, sino que es un reconocimiento de lo que no se sabe y un punto de partida para aprender.
Después de muchos siglos todos seguiremos planteándonos estas preguntas, y basta que nos exijan una respuesta para que la filosofía se vuelva útil, práctica y necesaria. La filosofía es la Gran Educadora porque nos enseña a vivir, porque lo más difícil de todo, que es Vivir, casi nadie lo enseña.
No se puede pasar por la vida dejando que nos arrastren; tal vez esto también constituya el Arte de Vivir, y en lugar de ser un tronco de árbol que va a la deriva en un río, tener la capacidad de construir una barca con el tronco, unos remos, y poder dirigimos a nosotros mismos a través de la corriente.