La pandemia del Covid 19 se llevó por delante muchas cosas, que han tenido que volver a base de paciencia y esfuerzo compartido. Una de esas cosas que se dejaron en pausa fueron los Juegos Olímpicos del Voluntariado, que una vez cada dos años venía celebrándose en Chinchilla de Montearagón.

Organizados por la Escuela del Deporte con Corazón, estos Juegos tienen como objetivo que los participantes saquen lo mejor de sí mismos, según el consabido lema más rápido, más alto, más fuerte que tanto han popularizado los J.J.O.O. oficiales. Pero este lema no se limita a los atletas, sino a las decenas de voluntarios y voluntarias que, con su esfuerzo, hacen posible que más de 200 personas puedan vivir esta experiencia sin problemas.

Hablamos de los preparadores de pistas, equipo de masajistas deportivos, jueces, equipo de cocina, equipo encargado del material para las pruebas... mucha gente que ofrece, de manera altruista y generosa, su esfuerzo y empeño para que estos Juegos sean posibles. Por eso se llaman Juegos del Voluntariado: lo importante no es el resultado de las pruebas, sino lo que se comparte entre los asistentes y participantes.

Por supuesto, en Nueva Acrópolis Castellón somos asiduos participante en estos Juegos, y por fin, tras tres años de pausa, hemos podido volver a hacer ondear la bandera de Castellón y competir, con coraje y fraternidad, con nuestros compañeros de toda España, que es uno de los placeres más limpios y elevados que una persona puede tener.