Una vez más, Nueva Acrópolis Castellón acude al Comedor Social La Concordia de Nueva Acrópolis, en Valencia, para llevar las generosas donaciones que los habituales de su sede dejan para dicho Comedor.

Igual que otras veces, un grupo de voluntarios (o más bien, de voluntarias esta vez) se organizaron para transportar los alimentos recogidos en el Centre Cultural Castàlia hasta la sede del Comedor Social, y hacer también entrega de los libros recogidos.

Puede ser una novedad para muchos el hecho de que en un comedor social, destinado en principio a ofrecer ayuda humanitaria, entreguen libros además de los tan necesarios alimentos. Si eres de los que se ha sorprendido, te interesará saber que el Comedor Social La Concordia de Valencia no busca únicamente mantener nutrido el cuerpo de sus beneficiarios, sino que tiene toda una serie de programas en marcha para ayudarles en su reinserción al mercado laboral, u ofrecer un complemento gratuito a la educación de los niños cuyas familias carecen de los recursos necesarios. Según sus propias palabras, no se trata solo de alimentar sus cuerpos, sino de recordarles que son una parte importante de la sociedad, y así restaurar su autoestima y aumentar sus posibilidades de mejorar su situación. Labor que llevan realizando ya varios años.

Hay que valorar, pues, lo extraordinario de esta acción: personas de Castellón que han donado su generosa ayuda, para que voluntarios lleven, de forma reiterada (prácticamente cada mes), una buena cantidad de recursos de ayuda humanitaria a otro equipo de voluntarios, en Valencia, que están casi todos los días allí, al pie del cañón, luchando por convertir el mundo en un lugar un poco mejor.

¿Es una acción pequeña y de corto alcance? Tal vez algunos puedan pensarlo (aunque de pequeña, no tiene nada), pero como reza la sabiduría popular “muchas manos pequeñas haciendo muchas cosas pequeñas pueden alcanzar grandes metas”.